Poema 309 🌾
AQUEL VIERNES,
siendo las tres de la tarde,
la tierra se estremeció,
las raíces se quebraron
el cielo se oscureció
dejándonos en tiniebla,
privándonos de tu amor.
Siendo la tres de la tarde
Villaviciosa tembló
por no poder comprender.
Villaviciosa lloró
lágrimas de soledad
por la muerte de su Dios.
AQUEL SÁBADO,
la tierra abrió portones
para recibir a Dios
en la profunda tiniebla,
en el profundo sheol.
Con su costado herido
al inframundo bajó
para rescatar allí
a quien no le conoció.
AQUEL DOMINGO,
Villaviciosa soñaba
agitándose en dolor
retorciéndose alocada
en sábanas de temor.
Villaviciosa despierta
con la luz de su Señor.
Villaviciosa se alegra
con la victoria de Dios.
HOY,
aquí,
a los pies de Ulaca,
con la mano victoriosa
eleva la cruz.
Aquí,
a los pies de Matagacha,
Cristo nos abraza
dándonos su protección.
Desde aquí El Salvador
elevando su rostro hacia El Monte,
mira a su discípulo amado,
mira a nuestro santo,
mira a san Juan,
mira a su pueblo.
Aquí,
en Villaviciosa,
Cristo Resucitado
eres nuestro único Señor.
Aquí,
Señor,
te adoramos.
Aquí,
Señor,
imploramos tu perdón.
Aquí,
Señor,
nuestra vida te ofrecemos.
Aquí,
Señor,
quisiste ser nuestro Patrón.
PARUSÍA
En Villaviciosa esperamos
el final de la historia,
el domingo sin ocaso,
el domingo en que brille tu luz
perpetua.
el domingo en que todos
resucitaremos,
contigo.